LA PATRIA GRANDE / PABLO FERNÁNDEZ

martes, febrero 12, 2008

Conocí a Pablito en perú el año pasado.. un gran ser humano y ciertamente esta canció es una de las que más me gusta...
me acuerdo que la cantó ahí sentado en la salita de la casa del eugeño... preciosa!
ciertamente preciosa!...

quien puso el video en youtube dice: En el primer encuentro de trovadores latino americanos en conmemoración al centenario de la matanza de santa maría de iquique y de los 10 años de el cierre de las minas.

cuando me de permiso el pablito colocaré la versión que sacará en su nuevo cd! está HERMOSA!!!






La patria grande

Sueño bolivariano, en cada rincón del sur
soy hijo y soy hermano de esta tierra y de su luz
sueño con los que siembran la semilla de la libertad
corazón que se empeña en quitarle cadenas a la libertad

…Soy de la patria grande Latinoamérica total
somos los sin fronteras somos el pueblo y el carnaval
solo nos diferencia una que otra tonadita al hablar…

Desde Ushuaia a Chiapas del inca al guaraní
laten todavía intactas las esperanzas de San Martín
hecha de ande y llanura desde el ocaso al amanecer
disparando ternura cazaba águilas el fusil del che…

… Soy de la patria grande…

P. Fernández
Octubre 2004
Ciudad de Buenos Aires

A LA ORILLA DE LA CHIMENEA / JOAQUÍN SABINA

domingo, febrero 10, 2008

Gracias a la Choco Glenda de la tropa, conocí esta canción hace unos minuticos.. sabina no me convence.. pero ciertamente la letra es preciosa, y Serrat la hace maravillosa...

El audio y video corresponde a la serie de conciertos Dos pájaros de un tiro...







A la orilla de la chimenea
Joaquín Sabina


Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual
que los labios que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.

Y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino…

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir
“toma mi dirección cuando te hartes de amores
baratos de un rato… me llamas”.

Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu “ven”,
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío…

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.

Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe
tu noche y tu día.

Tu rencor, tu por qué, tu agonía…
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.